Son alrededor de las 2230 y tanta luz reflejada en el mar, me hace sentir feliz, pensaba Ezequiel... Hasta donde se, hasta donde el me contó, no se animo a terminar lo que había empezado, pero si se animo a pensar y re-empezar una vez mas...
Esa noche se quedo dormido, imaginando, planeando y digitalizando su vida, su volver a nacer, y enamorándose del reflejo de la Luna en el mar...
Al alba, saco de su mochila el cuaderno y a mitad de hoja escribió;
"Hoy comienzo mi vida, estoy en el mar sintiendo la paz que arrebataron y con un sueño propio"
Tomo una última bocanada de aire y se puso de pie, como árbol golpeado por la tormenta sigo de pie, y esto recién empieza...
Mientras caminaba por las calles que alguna vez lo vieron morir, y con la mirada sin mirar pensando en ya no volver, hoy esas mismas baldosas lo veían disfrutar de cada paso, de cada bocanada de aire que entraba en sus pulmones y lo inyectaba de vida...
Al llegar a su casa, tomo con temor el picaporte y no se animo sino hasta un minuto después a entrar, y en el fondo del pasillo, estaba ella, la misma a la que le dedico su último adios, su madre, con los ojos llenos de llanto y una mezcla rara de felicidad, y angustia en su mirada. De haberse contado en el cien esta escena, de fondo sonaria un piano desgarrador acompañado por una dulce voz y las imagenes recorrerian una a uno cada uno de los centimetros que los separaban, y en camara lenta llegaria el abrazo reconfortador, tan buscado, tan esperado, perdido y necesario...
Pero definitivamente esto no es el cine, y lo unico que se escuchaba era la respiracion y el latir acelerado de sus corazones desencontrados...
